Conservación de los osos

La conservación de los osos, en particular del oso pardo, es un esfuerzo multidisciplinario que involucra a gobiernos, organizaciones medioambientales, científicos y comunidades locales. El principal objetivo de la conservación de estos animales es asegurar su supervivencia a largo plazo en su hábitat natural, protegiendo tanto a las especies como a los ecosistemas de los que dependen. En el caso de los osos pardos en Europa, y más específicamente en Asturias, los esfuerzos de conservación se han intensificado debido a la disminución histórica de sus poblaciones y la fragmentación de su hábitat.

En Asturias, áreas como el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y el Parque Natural de Somiedo han sido esenciales para proporcionar un refugio seguro a los osos pardos.

Hay una serie de estrategias de conservación que expondremos a continuación:

En primer lugar los corredores ecológicos son bastante importantes para evitar la fragmentación del hábitat de los osos. Son rutas que conectan varias áreas de hábitat natural y les permite moverse libremente para buscar alimento o reproducirse.

En segundo lugar el seguimiento es importante, se suele realizar mediante collares GPS y cámaras.

En tercer lugar gestionar los conflictos entre el hombre y el oso es un gran desafío, especialmente cuando hablamos de agricultores y ganaderos.

Y uno de los más importantes es la prohibición de la caza furtiva, ya que ha sido siempre una de las principales amenazas para las poblaciones de osos pardos. En Asturias por ejemplo la prohibición estricta de la caza de osos ha sido clave para protegerlos.

Gracias a las estrategias de conservación implementadas, la población de osos pardos en Asturias ha mostrado una recuperación lenta pero constante. Se estima que hoy en día hay alrededor de 300 individuos en la Cordillera Cantábrica, divididos en dos núcleos principales. Este incremento poblacional es un testimonio de la eficacia de los esfuerzos de conservación, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer para asegurar su viabilidad a largo plazo.

La tierra de los osos

Hablamos de Asturias por supuesto, y es que el oso pardo forma parte de la biodiversidad de la zona, además también es un símbolo de la naturaleza salvaje. Son objeto de continuos esfuerzos de conservación ya que en realidad es una especie vulnerable y se enfrentan a numerosas amenazas.

Antiguamente el oso pardo también habitaba en gran parte de la península ibérica, pero debido a la expansión de la actividad humana y también a la deforestación se redujo bastante su hábitat. En Asturias los encontramos principalmente en la cordillera cantábrica, ya que les sirve de refugio.

Desde los años 90 se ha insistido en realizar más esfuerzos para poder proteger al oso pardo en esta tierra. Se han creado áreas protegidas, también se ha reforestado gran parte y se han desarrollado corredores ecológicos para que los osos puedan moverse con relativa libertad.

Aun así para los osos es todo un desafío enfrentarse a las actividades humanas. La expansión agrícola y ganadera llevan a destruir su hábitat natural, y por tanto el contacto entre osos y humanos puede acabar con incidentes que afectan a ambas partes.

De todas formas y a pesar de todo la situación del oso pardo en Asturias ha mostrado evidente signos de mejora. Además también ha tenido un impacto bastante positivo en el ecoturismo, ya que acuden numerosos visitantes interesados en observar la fauna salvaje.

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