Hablamos de Asturias por supuesto, y es que el oso pardo forma parte de la biodiversidad de la zona, además también es un símbolo de la naturaleza salvaje. Son objeto de continuos esfuerzos de conservación ya que en realidad es una especie vulnerable y se enfrentan a numerosas amenazas.
Antiguamente el oso pardo también habitaba en gran parte de la península ibérica, pero debido a la expansión de la actividad humana y también a la deforestación se redujo bastante su hábitat. En Asturias los encontramos principalmente en la cordillera cantábrica, ya que les sirve de refugio.
Desde los años 90 se ha insistido en realizar más esfuerzos para poder proteger al oso pardo en esta tierra. Se han creado áreas protegidas, también se ha reforestado gran parte y se han desarrollado corredores ecológicos para que los osos puedan moverse con relativa libertad.
Aun así para los osos es todo un desafío enfrentarse a las actividades humanas. La expansión agrícola y ganadera llevan a destruir su hábitat natural, y por tanto el contacto entre osos y humanos puede acabar con incidentes que afectan a ambas partes.
De todas formas y a pesar de todo la situación del oso pardo en Asturias ha mostrado evidente signos de mejora. Además también ha tenido un impacto bastante positivo en el ecoturismo, ya que acuden numerosos visitantes interesados en observar la fauna salvaje.